Vistas desde mi balcón



 Nueva casa, nuevos retos, nuevas sensaciones y nuevas entradas de este encuentro con las imágenes y las palabras.


 Decía Platón que las imágenes se componen de las visibles y las inteligibles. Lo que no quedó nunca claro entre sus múltiples escritos fue la repercusión que causa el momento justo en el que se fusionan para regalarnos el encuentro entre lo real y lo sentido.


 Platón no vio a mis vecinos, a los perros de mis vecinos y a las macetas que cuelgan de sus ventanas. En tal caso, podría prevenirme de esta percepción innata del ser humano a verlo todo con un aire más literario y poético que pragmático. 


 Alzo la mirada desde mi cama y las vistas al Barrio de Gracia se me antojan llenas de calidez, de tonos hogareños que desde hacía mucho no resonaban en mis humildes escritos. 


 Vuelvo a escribir pero con una carga distinta. Ya no soy un ser foráneo, alguien lejos de casa, ahora me siento como una barcelonesa más.


 Bienvenidos de nuevo, las miradas regresan con más urgencia que nunca, pero hoy, los vagabundos se nombran exiliados, exiliados felices de su partida.